Mientras la mano de la represión sacude a pequeñas asociaciones evangélicas, las grandes organizaciones se encuentran al margen del golpe que supone el cierre de personerías y la confiscación de sus bienes ejecutadas por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en las últimas semanas.
La arremetida contra los miembros de Iglesias evangélicas quedó en evidencia en los últimos días con el cierre de más de 500 organizaciones, según un recuento de DIVERGENTES.
Estas más de 500 organizaciones evangélicas canceladas, se suman a las 240 que contabilizó el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más en el informe “Cierre del espacio cívico en Nicaragua”, presentado el año pasado.
Pastores evangélicos y miembros iglesias cristianas, consultados en condición de anonimato, describen que la mayoría de asociaciones evangélicas canceladas corresponden a iglesias pequeñas que no forman parte de grandes denominaciones que, en su mayoría, han mostrado su respaldo público al régimen Ortega-Murillo.
“Las asociaciones canceladas son iglesias que hacen trabajo en los barrios y las pocas propiedades que tienen han sido por el esfuerzo de sus miembros”, dijo a DIVERGENTES un pastor de una de las iglesias canceladas en la última barrida.
El régimen ejecuta un cierre masivo de Organizaciones Sin Fines de Lucro desde 2018, año en que estallaron las protestas contra la pareja presidencial. La justificación para estas cancelaciones se basa en el supuesto de que estas oenegés tienen sus “directivas vencidas” y “no reportan sus estados financieros de entre uno y 30 años”, según los acuerdos ministeriales publicados en el diario oficial La Gaceta cada vez que se eliminan las organizaciones.
Desde 2018, el régimen ha cancelado más de 5000 organizaciones sin fines de lucro. Esto significa que ya fueron canceladas más del 70% de las oenegés que existían en Nicaragua hasta 2017. Una estrategia del régimen para reprimir y controlar a las personas e instituciones que no están aliadas con la pareja presidencial, según críticos del régimen.
Cierre de Iglesias evangélicas y asedio a pastores
Desde 2018, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha cancelado más de 5000 organizaciones sin fines de lucro. Esto significa que ya fueron canceladas más del 70% de las oenegés que existían en Nicaragua hasta 2017. En esta foto, mostrando la lista de los 222 desterrados en 2023. Divergentes | Archivo.
La eliminación de las asociaciones evangélicas llamó la atención porque el encono de la pareja presidencial se ha enfocado contra la Iglesia católica y sus principales obispos y sacerdotes críticos, a quienes acusa de liderar las protestas de 2018.
Pese a que desde hace dos años se registra un persecución “sútil” contra la Iglesia evangélica, el reciente cierre masivo de organizaciones ordenado por el Ministerio del Interior el 19 de agosto pasado, elevó el nivel de represión de la dictadura contra esta denominación religiosa.
El cuarto informe, “Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?”, elaborado por la activista e investigadora Martha Patricia Molina, registró un incremento de los ataques a la Iglesia evangélica en los últimos dos años.
Se registran 49 de las 70 agresiones que se han hecho públicas desde que inició la crisis política en 2018. Es decir, entre 2021 y 2023 se registró un incremento del 70%.
Entre las agresiones se encuentran los cierres de oenegés evangélicas, asedio y represión a pastores o sus familiares. El documento asegura que existen fieles evangélicos que han sido procesados, exiliados y perseguidos por policías y paramilitares. En otros casos se les ha impedido el ingreso al país.
El informe destaca que siete edificios y proyectos de iglesias evangélicas han sido cerrados y sus propiedades confiscadas. Se han cancelado y cerrado al menos ocho medios de comunicación y universidades. También hubo impedimentos de actividades cristianas y asedios a los templos evangélicos.
El documento registra que 21 pastores evangélicos “han tenido que huir al exilio producto de la persecución de la dictadura Ortega-Murillo y a tres de ellos se les ha negado el ingreso a Nicaragua”.
El último censo poblacional, realizado en el 2005, reveló que, de una población de 4 537 200 personas, 981 795 se identificaron como evangélicas, es decir, un 22%. Sin embargo, en los últimos años la población evangélica ha aumentado al 38%, según la última encuesta de la firma CID Gallup, publicada en noviembre de 2022. Este dato indicaría que, en la actualidad, el número de evangélicos asciende a más de dos millones y medio de fieles.
El inesperado caso de Puerta de la Montaña
El pastor evangélico Cash Luna llegó a Nicaragua el año pasado con amplio despliegue mediático por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Divergentes | Tomada de El 19 Digital.
Uno de los golpes más imprevistos contra la Iglesia evangélica ocurrió en diciembre del año pasado, cuando 11 pastores y dos abogados de la iglesia Ministerio Puerta de la Montaña, de origen estadounidense, fueron arrestados. Meses después fueron condenados a penas de hasta 15 años de prisión y multas por más de 80 000 dólares, por supuesto lavado de dinero. La organización fue cancelada y sus bienes confiscados.
Lo extraño del caso es que, apenas un mes antes de esta embestida, entre el 10 y 11 de noviembre, Puerta de la Montaña llevó a cabo una multitudinaria actividad en la plaza La Fe, en Managua. Esta misma plaza es utilizada habitualmente por el Frente Sandinista para convocar a grandes multitudes durante la celebración del aniversario del derrocamiento de la dictadura somocista en 1979.
Durante los dos días de noviembre, se convocaron 200 000 personas, según los medios oficialistas que dieron cobertura al evento, como parte del apoyo del régimen a esta iglesia. El presidente de Puerta de la Montaña, John Britton Hancock, destacó que en 2023 movilizaron a un millón de personas en las ocho cruzadas evangelísticas.
Puerta de la Montaña era una de las pocas organizaciones religiosas que tenían el apoyo del régimen para realizar convocatorias multitudinarias. De hecho, para este año ya tenían aprobados 13 eventos similares.
Britton también fue acusado por la Fiscalía, pero se encontraba fuera del país al momento de los arrestos. Él rechaza las acusaciones por lavado de dinero, calificándolas como “falsas”.
Para el religioso, la embestida contra la Iglesia puede deberse a la gran capacidad de convocatoria que tenían en Nicaragua, y esto pudo ser percibido como “una amenaza” para los mandatarios.
La organización Puerta de la Montaña calcula que los bienes confiscados en Nicaragua ascienden a cinco millones de dólares.
DIVERGENTES habló en Guatemala con el pastor evangélico Manuel Ríos, uno de los miembros de esta congregación que fueron liberados y desterrados por la dictadura este pasado 5 de septiembre.
Ríos relató que durante el juicio los acusaron de “armar gente en contra del Gobierno”, pero cuando “no hallaron de qué acusarnos, nos acusan de lavado de dinero”, agrega. “Eran acusaciones absurdas, fuera de orden”.
La Policía de Nicaragua finalmente imputó a los miembros de la iglesia Puerta de la Montaña por captar campesinos del norte del país, a quienes designaban como pastores evangélicos “con la finalidad de hacer creer que son organizaciones que están ayudando al pueblo nicaragüense”.
La Policía aseguró que esta era una fachada para “adquirir vehículos, fincas en residenciales y hacer negocios”. Además, que la iglesia movía grandes cantidades de dinero de origen desconocido.
Grandes organizaciones evangélicas declararon su alianza con la dictadura
Sin embargo, otras grandes iglesias evangélicas, como las Asambleas de Dios, Hosanna o el Ministerio Evangelístico Ríos de Agua Viva, permanecen inmunes a la arremetida contra los religiosos. La mayoría de estas y otras organizaciones han mostrado su respaldo público al régimen Ortega-Murillo.
Luego de que el caso de Puerta de la Montaña trascendió a nivel internacional y se condenó la persecución religiosa en Nicaragua, varias asociaciones evangélicas publicaron, a mediados de abril de este año, comunicados en los que expresaron su agradecimiento a la dictadura y avalaron que en el país “existe libertad de culto”.
La Confederación Evangélica Pentecostés de las Asambleas de Dios de Nicaragua (Cenepad) expresó que Nicaragua “existe plena libertad de culto, cada ciudadano es libre en el ejercicio de su fe”. Mientras que el pastor Omar Duarte, presidente del Ministerio Ríos de Agua Viva, dijo que en Nicaragua “existe libertad religiosa” y oró por las autoridades del régimen sandinista.
Además de estas dos organizaciones, las iglesias evangélicas que hicieron públicos su apoyo a la dictadura fueron la Federación de Iglesias Evangélicas Nicaragüenses (Fienic), la Convención Bautista de Nicaragua (CBN), Iglesia Hermosa Rosa Sarón (Ihrsa), el Ministerio Evangelístico Restauración (MER), Asociación Iglesia de Dios en Nicaragua (IDN); Asociación Internacional de Iglesias Apostólicas Libres en Jesucristo, la Iglesia de Dios Pentecostal M.I, Asociación Mundial de Iglesias Wesleyanas de Nicaragua, Comité de Pastores Guerreros de Nicaragua (C.P.G.N.) y la Convención de Iglesias Evangélica Misión Bautista Internacional de Nicaragua (Ciembin).
Ninguna de estas organizaciones fueron canceladas en las barridas del 19 y 29 de agosto, según comprobó DIVERGENTES.
Según el informe de Martha Patricia Molina, dos de estas organizaciones aglutinan a los cristianos evangélicos de Nicaragua: el Consejo Nacional de Pastores Evangélicos de Nicaragua (CNPEN) y la Federación de Iglesias Evangélicas de Nicaragua (Fienic).
Grandes iglesias evangélicas, como las Asambleas de Dios, Hosanna o el Ministerio Evangelístico Ríos de Agua Viva, permanecen inmunes a la persecución religiosa de la dictadura orteguista. Divergentes | Tomada de El 19 Digital.
“Sólo estamos esperando la confiscación”
Mientras tanto, miembros de iglesias que fueron parte de la barrida dicen que han seguido asistiendo a los cultos porque todavía las autoridades del régimen no han llegado a ejecutar la confiscación de la propiedad. “Los pastores no dicen nada sobre la cancelación… Tienen miedo. Sólo dicen que se están reuniendo con otros pastores para ver qué decisión toman”, dijo este miembro.
Algunas iglesias han decidido sacar los pocos bienes que sirven para hacer los cultos: sillas, mesas, parlantes, micrófonos e instrumentos musicales, antes de que lleguen a hacer efectiva la confiscación.
El pastor evangélico consultado dijo que varios religiosos han asistido al Ministerio del Interior (MINT) para preguntar por sus casos, pero no han obtenido respuesta positiva. “Sólo están esperando la confiscación”, dice el religioso.
DIVERGENTES conoció que una asociación evangélica cancelada, que tenía a su cargo un colegio de primaria y secundaria, informó a los padres de familia que el centro iba a cerrar este viernes 30 de agosto.
“Nos dijeron que iban a cerrar porque no llegaron a ningún acuerdo con el Gobierno, pero después nos dijeron (a mediados de semana) que el colegio iba a funcionar normal, por lo menos hasta final de año”, dijo una señora que tiene a varios hijos estudiando en este centro. “El problema es tener la incertidumbre de qué va a pasar con este año de estudios de mis hijos”, agregó.